El placer de ser autor

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El placer de ser autor

Después de haber vivido de la fotografía comercial por casi 27 años, desde hace unos 4 empezó a descubrir lo que él llama «el placer de ser autor», porque si algo tuvo siempre fue la intuición de que la cosa no era una cámara fotógráfica, sino un mundo interior que podía expresar.

¿Cómo fue esta decisión de convertirte en autor?

Como él mismo dice, la razón es completamente lejana al arte. Separado y con tres niños, Juan Domingo Marinello dice creer ingenuamente en toda esa publicidad en que los padres le cuentan cosas serias a sus hijos; pero en la vida real, él siempre termina hablando de fútbol. «Entonces decidí hacer un libro para ellos, aprovechando algunas imágenes para contar cosas de mi vida, o cosas que yo percibía, y armé una especie de ciudad». Así nació la ciudad que muere, su primer libro autoral.

Mientras juntaba las fotos para armar la ciudad, se empezó a entretener con otra cosa que era consecuencia de lo anterior. «Al ver mis fotos comencé a completar negativos, es decir, siempre hay fotos incompletas que tú descartas, pero con esta tecnología digital tú puedes juntar dos tiempos y dos espacios en uno, sin tener que volver al lugar, o sin tener que esperar que te pasen las cosas mágicas que le pasan a otros».

¿Y cómo pasas hacia la fotodigrafía?

Con esto de lo digital empecé a tomar revancha … yo nunca había visto fantasmas, entonces empecé a fabricar fantasmas, puse murales en esquinas en las cuales me hubiese encantado que hubiera uno, ilustré pensamientos como ‘ojalá que una niña hermosa y misteriosa que se te siente al lado cuando viajas en tren’ … esas cosas empecé a rectificarlas en mi mundo digital, en términos de mi propia identidad.

La revancha de lo digital 
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El problema es que algunas parecían fundamentalmente fotografía, y eso a fin de cuentas tenía un sentido de culpabilidad en la foto porque no faltaba el que te decía oye a dónde está esa esquina , y si tú contestabas es que yo la puse ahí pasaba a ser un falsario -dentro del sentido ortodoxo del documental fotográfico-, así es que se me ocurrió ponerle fotodigrafía y legalizarlo, algo que para para los puristas de la fotografía podía ser … porque siempre la manipulación valórica de la fotografía fue castigada.

Naturalmente en esto ya hay un mundo más personal, en el sentido de juntar a estos fantasmas, y he aprendido que todos tenemos un mundo interior diferente pero muy parecido, porque hay gente que entiende lo que haces.

Secciones de la entrevista

El gusto por las imágenes  |  El placer de ser autor  |  La necesidad de la magia  |  La importancia de las obsesiones

Necesitamos la magia. Cuando no tenemos muchas cosas mágicas, nada nos asombra